LA PRIMERA VEZ QUE SALVE UNA VIDA
Si algo fue importante durante mi paso por el colegio, fue conocer el movimiento scout, es más, aún lo es porque desde ese entonces decidí que este sería el estilo de vida que quería para mi. Hay muchas razones para justificarlo o simplemente contarlo. Esta vez me enfocare en todas las cosas que aprendí en el área de primeros auxilios, una parte de mi que pocos conocen.
Como mis hermanos scouts de mi generación, me preparé para saber cómo reaccionar en medio de una emergencia y la verdad es que pensaba que no me iba a tocar nada complejo a excepción de limpiar una herida o poner curitas, pero la historia de mi vida ha sido diferente a esa expectativa.
Corría el año 1990, estábamos en la excursión de 11grado de nuestro amado colegio Seminario, igual a cualquier excursión, osea, rumba, licor a menores de edad, descontrol, encuentros con excursiones femeninas, etc. (Ahora que lo pienso y teniendo como comparación estas épocas, éramos muy sanos).
Santiago Muñoz, compañero de aventuras desde 6to de bachillerato (1985), era conocido como EL LOCO, un joven con cierto nivel económico y muy reconocido en la farándula palmirana ochentera. Santi era un buen compañero, tanto afuera como dentro del colegio, manteníamos una relación de compañeros de colegio normal, pero no era de mi círculo más cercano.
Para esta excursión, algo no andaba bien en él, tal vez estaba cargado de problemas en su casa o pasaba por algún tipo de crisis, la verdad nunca se lo pregunté; el caso es que desde que comenzó la aventura excursionista, estuvo tomando mucho licor, a veces con nosotros, a veces solo, a veces con otras excursiones. El caso es que estaba tomando demasiado.
Esta excursión arrancó en Cartagena y luego en San Andrés. Fue ahí, y luego de uno o dos días de llegar, que la historia de mi salón, de Santiago y mía, cambiaron para siempre.
Ese día salimos en la mañana a darle la famosa vuelta a la isla, en cuatrimotos que era lo que estaba de moda. Todos íbamos de a dos, a excepción de santi. Nadie se quiso ir con él porque se veía trasnochado y andábamos como castigándolo por sus actuaciones previas. La vuelta comenzó, todos felices, todos juntos, sin ningún contratiempo. Al avanzar unos 10 minutos, a alguien se le ocurrió acelerar y de ahí en adelante se volvió una carrera. Yo iba de copiloto y un poco asustado porque el piloto designado (Mauricio Cruz), había caído en la tentación de la velocidad.
Recuerdo que en medio de esa carrera, me dio por voltear a mirar para atrás y vi que Santiago había perdido su gorra; al voltearse para ver dónde había caído, maniobró mal y se subió al anden y luego lo recibió una pared en la que rebotó, terminando todo en una alcantarilla sin tapa donde fue a parar la cuatrimoto.
Fue allí cuando le dije a Cruz. "Devolvámonos, Santiago se cayó". Como pudimos le avisamos a algunos de los que iban adelante de nosotros, otros ni se dieron cuenta y al llegar al sitio, vimos la cuatrimoto en la alcantarilla y Santiago tendido bocarriba totalmente inconsciente. Cuenta Jorge Calderón quien fue el primero en llegar, que encontró a Santiago bocabajo en el piso al lado de la cuatrimoto, lo tocó y le dijo "loco, párate que dañaste esa moto, lo volteó y ahí se dio cuenta que la cosa era grave.
Cuando llegué al sitio, todo era caos, todo el mundo gritaba "se murió Santiago, se murió Santiago",
inmediatamente lo palpo, aun respiraba, reviso sus signos vitales, todavía tenía, así que les dije a todos que debíamos trasladarlo urgente a algún sitio, así que comenzamos a buscar un carro pero ninguno paraba, solo una camioneta paró luego de unos 10 min. Entre Hector Arenas y yo lo subimos al carro, aún no se cómo lo logramos porque más encima santi era grandote y pesado, tan grande era, que sus piernas habían quedado colgando por fuera de la ambulancia improvisada.
La camioneta arrancó a millón, recuerdo que no tenía pitó y el señor y su acompañante golpeaban las puertas para que nos dieran espacio para avanzar.
En medio de ese caos me doy cuenta de dos cosas, primero, que estaba solo, totalmente solo, ninguno de mis compañeros se subió conmigo, todos habían quedado petrificados y sin poder de reacción. Y, segundo, veía como la cara de Santiago iba transformándose, se iba hinchando poco a poco y notaba que su respiración era forzada. Fue entonces cuando sucedió, santi totalmente inconsciente y con la cara muy inflamada hace una respiración fuerte y para. Me doy cuenta que por el golpe que recibió, tenía obstruida la nariz y en ese momento había dejado de respirar. Entonces reaccione, le abrí la boca y comencé a darle respiración alternando con masajes al corazón, no había pasado un minuto y Santiago reacciona y comprendo que está respirando por la boca, así que me voy sosteniéndose la quijada para que le entrara aire.
Así llegamos al hospital, ayude a ingresarlo y aproveché para quitarle el reloj y la billetera y ponerlos seguros. Luego salgo de la sala y es donde me doy cuenta de nuevo que estoy absolutamente solo y así fue por unos 15 minutos hasta que comenzaron a llegar algunos compañeros y nuestro director de curso, el padre Fabio Cortes. Me cuentan que la mayoría no pudo salir porque llegó la policía y se los llevaron a la estación mientras aclaraban la situación. Así que unos pocos estuvimos esperando que nos dijeran la evolución de su salud. Al caer la noche deciden trasladarlo en el primer vuelo que saliera no importaba para donde, este salió para Cali, así que todo iba bien.
Despedimos a Santiago desde el hospital, nos subimos a un taxi rumbo al hotel y en ese momento me estalle, arranqué a llorar y no podía parar, era como si estuviera soltando todo el contenido emocional guardado por todo el día.
Llegamos al hotel, todos los de la excursión nos juntamos en la habitación más grande y comenzamos a rezar pidiendo porque santi llegara vivo.
Así fue, Santi llegó vivo, fue hospitalizado por un mes o más (no recuerdo bien), y nuestro curso nunca fue igual, tampoco mi amistad con él, debo confesar que dure más de 10 años para contarles a todos que había revivido a santi, sentía pena, sentía que no había hecho más por él, y poco a poco me di cuenta que le había salvado la vida gracias al haber tenido la calma necesaria para actuar y los conocimientos adquiridos en los scouts para reaccionar.
Hoy, luego de 34 años de esta historia, agradezco el haber salvado una vida en esa ocasión y por primera vez, porque no fue la única, con el tiempo, me fui dando cuenta que tenia como una especie de don que me permite reaccionar en esos casos.
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